martes, 30 de agosto de 2011

Son 7 colores


 El camino es largo. Cuatro horas en automóvil.
 No puedo esperar a llegar y recostarme sobre un camastro a leer mi novela favorita. Ese cuerpo de agua acariciado tiernamente por siete colores me invita a sumergirme y escapar de los rayos abrasadores del sol que se funden al tocar el agua. Pareciera que hubiera estado esperando mi llegada desde hace tiempo ya. Se emociona mientras sus colores brillan a la luz de los rayos del sol que se distribuyen en cada rincón de la laguna.
Finalmente decido desenvolver mi cuerpo de las prendas que me cubren innecesariamente. Me lanzo hacia aquellas olas tranquilas y sigilosas. Los colores me reciben extasiados. Colores fríos y colores cálidos que regalan a la laguna, la temperatura perfecta, una temperatura ambiente que te refresca y te retiene, invitándote a permanecer cinco minutos más. Diez minutos más. Los peces parecen rozar tus pies estratégicamente, cosquillas incontrolables recorren tu piel.
Las palmeras se elevan hacia el cielo. Su color verde complementa el paisaje. El pasto bien cuidado cubre sus raíces intricadas sin dificultad. El viento fresco sopla entres las hojas de las palmeras y alborota la laguna. En el horizonte se divisan pájaros compartiendo su día, cantando su alegría de vivir. Recorriendo unos metros de laguna se presencia un cenote que coexiste con la laguna llamado " Cenote Azul". El azul vestido de noche y sus 100 metros del largo separan a la laguna del cenote. 
Más adelante, por la orilla, las arenas movedizas toman posesión de tus pies y poco a poco de tus piernas. Se apoderan de tu equilibrio. Caminar por esos rumbos es un martirio, sin embargo la caminata vale la pena. Llegar al otro lado es llegar al edén. Siete colores. Diferentes tonos. Ninguno parecido.
Cuando llega la luna y se va el sol los grillos te deleitan con su canción. Suave, clara y tierna. Acaricia tus oídos como la madre a su bebé con su canto de cuna. En la hamaca, disfrutando el viento en mi rostro, se ve en el cielo, luces que parpadean al mismo tiempo que tus ojos. Brillan por su cuenta sin lograr opacar a la luna. La laguna se impone en silencio ya que la luna se refleja en ella y  meticulosamente aprecia su belleza. Bacalar ofrece azul en su infinita variedad de colores. Bacalar te envuelve rápidamente en un sin fin de memorias. Bacalar se viste para ti en cada ocasión. Bacalar es un paraíso que te invita a disfrutar.

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